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| Foto:Saramarfer |
Hay madrugadas que son de viento
con el murmullo de la aurora
que sabe a chisme incierto.
Hay mañanas que son de nubes
como tapiocas que brotan
para amasar los recelos.
Hay días chirriantes de pisadas
entre las prisas de tanto atropello
que escupen descaro al mismo firmamento.
Hay noches que son destrelladas
con su bóveda como mortaja
para vestir cualquier ensoñamiento.
Pero hay madrugadas...¡ay, esas...!!
las que murmullan tu nombre en verso,
que amanecen desde dentro,
con el aroma de tus pasos
en todos los luceros del cielo.
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