con el dolor de mi alma
alborotando el sueño
que se acuna en la alcoba.
Desvelé mi frente rota
de tanto esperar tus caricias
tejedoras de suspiros abiertos
y rimar tus palabras en mi boca.
Elevé mis dedos para alcanzar tu espalda,
donde escribir el verso suelto
y entonar la errática copla
para decirte lo que te ama
el canto de la alondra.