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| Foto: Saramarfer |
Llantos inciertos desvelados
envolviendo desconocida gente,
que acompañan la mente
y gritan por algo de justicia.
Todos piensan, pocos actúan,
difuminando las caras y los ojos,
dejando el horizonte vacío
y solitario de enojo.
Llantos inciertos que se oyen
del cansancio diario de muchos,
de la lucha de tan solo unos pocos.
Nadie para el tiempo en la espalda
ninguno preocupa su mirada,
esperando que llegue un nuevo día
para seguir el camino a la nada.
Incierta queda la escapada,
resignación colectiva,
hasta cegar los gritos en calma.
Todos mereceremos la penumbra,
nadie secará tantas lágrimas.
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