Tiempo de ser
Eran días de gloria,
sin quimeras malditas
ni adoración material.
Eran días eternos,
sin tiempo que olvidar
entre la agonía susurrante.
Eran los segundos dulcces
que lamían la espalda
con humanitario deseo.
Era tu tiempo y el mío,
sin malicia puntual
ni chismorreos externos.
Eran vidas pasadas,
que son más que pasado
y que olvidan su volver.
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