
Foto: Saramarfer

A pesar de tu olvido, sigue siendo el mismo lugar, acariciando con sigilo cada codo de la habitación, escalando el límite de la gravitación donde empieza el ensoñamiento.
Persigo tus letras y tus sílabas de corteza, tus alegorías y silencios de resuello... acecho tu aliento para alcanzarte y no dejarte ir jamás, aunque siga entre las fantasías de mis sueños.
Persigo tus letras y tus sílabas de corteza, tus alegorías y silencios de resuello... acecho tu aliento para alcanzarte y no dejarte ir jamás, aunque siga entre las fantasías de mis sueños.
Sigue el fluido inventor de palabras, preguntando sobre tu tiempo y lugar, para alcanzar la concurrencia imaginaria sobre el estro invisible de tu silueta. Y ahí empieza la travesía de las entrañas, buscando el decir que acicale hermosuras o ese contar para que la tensión vital haga explotar en una máxima cúspide de placer....